La mejor manera de prevenir la anemia es mejorando las prácticas
de alimentación, incluyendo en la dieta alimentos ricos en hierro de origen
animal como el pescado, hígado, sangrecita, bazo y carnes rojas, así como
menestras en combinación con alimentos que contengan vitamina C.
Ø
Dieta para la prevención
Para tratar a tiempo
las deficiencias nutricionales en los seres humanos, es imprescindible una
dieta adecuada para asegurar las reservas necesarias de nutrientes antes de que
aparezcan problemas de absorción. Asimismo, las revisiones médicas periódicas
deberían incluir una analítica completa de niveles de proteínas; de minerales
como el hierro, el potasio, el fósforo y el calcio; y de vitaminas como el
ácido fólico y la vitamina B12. Un análisis de sangre rutinario y el
tratamiento nutricional oportuno podrían mejorar el estado mental deteriorado
de muchos ancianos. De hecho, se ha constatado que muchos de los trastornos
mentales considerados incurables por deberse a la edad y al envejecimiento
(falta de fluidez verbal, de coordinación y de memorización), son en realidad malestares
pasajeros si se tratan a tiempo con los nutrientes adecuados.
El hígado almacena
vitamina B12, por lo que la anemia perniciosa no se desarrolla hasta que no
hayan transcurrido de 2 a 4 años desde que el organismo dejó de absorberla. Un
aporte dietético adecuado de vitamina B12 funcionaría, por tanto, como
tratamiento preventivo y terapéutico de la anemia perniciosa, mediante la
creación de reservas de dicha vitamina cuando el organismo es aún capaz de
absorberla. Sin embargo, una vez que la persona anciana ha sido diagnosticada
de anemia perniciosa, el tratamiento nutricional consiste en la administración
de inyecciones de vitamina B12, debido a que la mayoría de las personas que
padecen esta deficiencia no pueden absorber la vitamina B12 tomada por la boca.
Para prevenir
situaciones de riesgo, se debe reforzar con dieta el aporte de vitamina B12
incluyendo a diario alimentos de origen animal. Son estos los únicos que
contienen cobalamina de forma natural, la forma activa de esta vitamina.
Una ración de morcilla, que lleva sangre, o de hígado de calidad
(alternándolos una vez al mes), resuelve el aporte dietético de vitamina B12 y
de otros nutrientes cuya deficiencia también provoca anemia, como el ácido
fólico y el hierro. Las carnes en general (las rojas en particular), los
pescados y mariscos, los huevos y los lácteos también contienen cobalamina.
Se podría prevenir episodios repetidos de
ciertos tipos de anemia, especialmente los que se deben a carencia de hierro o
de vitaminas. Los cambios en la alimentación o los suplementos pueden evitar
que estos tipos de anemia vuelvan a presentarse.
El tratamiento de
la causa puede prevenir la anemia (o evitar que se repita). Por ejemplo, si una
medicina le está causando anemia, el médico puede recetarle otro tipo de
medicina. Para evitar que la anemia empeore, cuéntele al médico acerca de todos
sus signos y síntomas. Pregúntele qué pruebas tiene que hacerse y cumpla el
plan de tratamiento.
Usted no puede
prevenir algunos tipos de anemias hereditarias, como la anemia de células
falciformes. Si tiene una anemia hereditaria, consulte con su médico sobre el
tratamiento y la atención continua que necesita.
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